domingo, 22 de mayo de 2016

Cómo afrontar el estrés cotidiano

Mi hija cuando tenía año y medio haciendo la de "Scotex"

Sé que hace mucho que no  escribo. No he desaparecido. No he desistido en mi misión de contribuir con mis consejos a criar niños y no tan niños emocionalmente sanos. También soy consciente de que un blog solo está vivo cuando se escribe en él, se comparte.
Pero egoístamente la necesidad de contar estas cosas me ayuda tanto que aunque la frecuencia no sea la deseada a mí me sirve de terapia, me carga de inspiración y de paciencia. Esa que tanto necesito para criar a mis dos niñas lo más sanas emocionalmente que pueda. 


Nuestras obligaciones tecnológicas.

Vivimos en una vorágine de información continua, de obligaciones tecnológicas constantes que hacen que cualquier detalle humano pase desapercibido.  Hay momentos en los que no quiero leer ni contestar los 107 mensajes de whats app recibidos, ni los 37 e-mails, ni de coger el teléfono por un día a la telefonista uruguaya que me llama a las 4 de la tarde, ni por supuesto de asistir a los jueves a mi cita con el blog, a enfrentarme por obligación a esa entrada vacía diciéndome: ¿pero tienes algo que contarme hoy? Y sí, tengo mil cosas que contar, que compartir. Pero no por obligación, sino por gusto.

Mi inspiración, mi musa radiante a veces se metamorfosea en una "Susanita con rulos"

Yo normalmente escribo cuando me viene la inspiración. Y claro a veces esa musa mental se sorprende a sí misma en medio de un escrito medio serio diciendo: Ni parque ni parco, hasta que no recojas tooooodo este desastre no voy a ningún sitio, pero mira, mira como me tienes el cuarto!!! Y claro, esa musa que yo imagino helénica, radiante, hablándome desde el mismo Olimpo se metamorfosea en una “Susanita con rulos” (con el permiso de Kino).

¿Como gestionar el estrés?

Lo cierto es que el estrés del que os hablo ya sea tecnológico, laboral o del hogar puede
llegar a ser fácil de gestionar siempre que uno sea capaz de salirse de sí mismo y decirse desde fuera, ¿Y eso es realmente importante? ¿Tanto te molesta que esté sin hacer? Busca otro momento en el que puedas hacerlo y planteate otro objetivo más fácil, cercano y sencillo de llevar a cabo. Eso sí, sin caer en el abismo de la apatía, la imperfección justificada, del “ARREUismo”* Que, particularmente, estas son tres cosas que odio.
Hay una ley scout no escrita que dice “Un scout nunca deja nada a medias”. Pues bien, un scout con un trabajo intenso, padre/madre de familia o con mayores a su cargo, con prisas y sin peinar, tiene la obligación mental de dejar cosas a medias si la situación lo requiere. Eso sí, ya lo hará mañana o buscara una forma de solucionar dicho quehacer.

Un consejo

Con todo este desahogo mental que sirve a la par de justificación de mi ausencia en este blog, lo que pretendo es dar un consejo. Los días se nos pasan. Ese padre al que cuidas, que ha caído enfermo, un día no ocupará esa cama y la ausencia te caerá encima como una losa. Dale ahora los besos que puedes darle. Esos peques que tanto ensucian, alborotan, lloran, revuelven todo a su paso, crecen muy muy rápido y puede que un día añores sus manitas cogiendo la tuya o pidiendo tu atención. Ese trabajo que te quita tantas horas de sueño, puede que un día dé un giro y cambie, y todo ese peso que soportas ahora mismo de pronto se va disipando. Sí, sé profesional, hazlo lo mejor que puedas, pero que eso no implique que el trabajo pueda contigo.
Busca un equilibrio, para, ve al campo, respira aire puro, recárgate con aquello que te llena, saca de tu mente el "tengo que", "no puedo más" y llénate de "lo estoy haciendo bien" "hago lo mejor que sé" y "me voy a tomar este descanso que necesito". 

La ropa para lavar, la casa limpia, impoluta, el trabajo hecho para ayer, lo que me ha pedido el jefe, la comida en la mesa, la maternidad tan idealizada, los cuerpos esbeltos, las cosas para ya…. A veces estas simples cosas nos estresan hasta un punto extremo. Hagamos balance. Ni ser un desastre potencial ni un robot perfecto. Cada cual es uno mismo y aunque cueste hay que dejar de hacer caso a los juicios externos.
Son una serie de consejos utópicos,  muy recurridos, aparentemente banales, pero muy prácticos para aquellos “NO PUEDO MAS” que todos tenemos en algún momento y creemos imposibles de superar.

 
Así acabo aquel momento de estrés hogareño, todo se resuelve, todo vuelve a su sitio. 



Aclaraciones al lector: 
*Arreu. Dígase del vocablo valenciano que supone una acción mal hecha con muy mal resultado estético y práctico con la finalidad de terminar rápido para ir a tomar horchata y fartons lo antes posible. 








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