Ya hemos llegado a octubre. Nuestros peques de 3 años llevan unas semanas en el cole de mayores y algunos parece que llevaran todo un curso aquí. Pero otros... todavía lloran cada mañana. ¿Cuál es tu caso? A continuación os explicaré en qué consiste esta adaptación y porqué hay tantas diferencias entre unos peques y otros. Y por supuesto, os entrego un decálogo de consejos para familias con el fin de ayudar a los peques a adaptarse mejor al cambio.
Ya hemos llegado a octubre. Nuestros peques de 3 años llevan unas semanas en el cole de mayores y algunos parece que llevaran todo un curso aquí. Pero otros... todavía lloran cada mañana. ¿Cuál es tu caso?
EL PRIMER DÍA DE
COLE.
La llegada de un peque por
primera vez a un centro escolar es un momento muy especial y delicado. Se puede
vivir con muchísima ilusión o, a veces, puede ser muy duro para el niño. Por ese
motivo es un tema para tratar despacio. Según la teoría del apego, los
niños/niñas de 3 años se encuentran en una fase, en la que son capaces de
entender que sus papás, aunque no estén a su vista, siguen siendo su familia y no desaparecen.
Pero no todos desarrollan el mismo apego seguro, ni han vivido suficientes
experiencias relacionadas con la separación de sus figuras de apego. Se
quedarán muy a gusto con sus abuelos, tíos o cuidadores. Pero quizá esta
separación, para ir al colegio, no la lleven tan bien. Es normal e irá
mejorando poco a poco. Incluso en las mismas familias, unos hermanos que se
adaptaron a las mil maravillas al cole, pueden tener hermanos pequeños a los
que les cueste mucho más.Hay que tener en cuenta muchos aspectos y factores que influyen en la adaptación al nuevo centro escolar.
- EXPERIENCIA PREVIA. Muchos ya vienen de estar escolarizados en guarderías o escuelas infantiles de 0 a 3 años. Por ello las familias pensamos que llevarán muy bien la adaptación al cole. Aún así el cambio es muy grande. Ahora van a ir al colegio. Tengamos en cuenta el cambio de centro, de maestra, de compañeros, de rutinas… No demos por sentada una buena transición.
- RELACIONES ENTRE IGUALES. Algunos niños crecen de 0 a 3 años rodeados de adultos y suelen estar ellos solos con varios adultos. El grupo social es muy distinto ahora. Y son muchas las interacciones nuevas que va a experimentar: con el entorno, un adulto al que no conocen, muchos compañeros con necesidades muy distintas a las suyas, deberán aprender a esperar su turno, compartir atención, espacio y materiales…
- REACCIONES DISTINTAS. Los primeros días suelen llorar muchísimo: tienen sentimientos muy encontrados y difíciles de gestionar al ser tan pequeños. Casi todos se adaptan perfectamente, pero algunos lo pasan realmente mal: regresiones (vuelven a hacerse pipí y caca, pedir el chupete o el biberón, que los cojan en brazos), tienen pesadillas nocturnas, miedo a la separación, ansiedad e incluso enfado con sus padres cuando van a recogerles.
Espero que los siguientes consejos ayuden a todas las
familias a preparar a sus peques para el cambio y, sobre todo, a comprender lo
que les está pasando.
Los tres primeros consejos son para llevar a cabo días o semanas antes de que empiece el cole y del 4 al 10, son consejos una vez que ya va el peque al centro escolar.
TIPS PARA UNA BUENA ADAPTACIÓN:
1. Háblale del centro desde el momento en el que lo matriculas en el colegio. Aunque sean muchos meses antes, puedes ir hablándole del cambio que va a experimentar después del verano. Conforme se acerque la fecha ve anticipándole situaciones que va a vivir: “ Jugarás con juguetes nuevos. Harás nuevos amigos y seguro que a alguno le gustan tanto los bloques como a ti…. Tendréis un baño pequeñito en el cole y una pila para lavaros las manos allí. Te compraré este tuper para poner tu desayuno y tú se lo podrás mostrar a los compañeros de mesa.”3. Pregúntale su opinión y sus impresiones antes de ir. Igual por miedo no se expresa y es interesante saber cómo se siente (miedo, ilusión, indiferencia…) para comprender después su reacción. Respeta tanto su silencio, su indiferencia o su rechazo. Acompañar emocionalmente al peque no es quitar de un plumazo las experiencias que le atormentan. Si no darle herramientas para que sepa gestionar lo que siente.
4. Ha llegado el momento y le llevamos al cole. Cuando vaya a entrar y vosotros os tengáis que ir, en la despedida, es muy importante decirle la verdad y no mentirle: “Me voy un rato, pero te espero dentro de __ horas. Yo tengo que trabajar/comprar/limpiar la casa/ hacer recados y me marcho ahora. Te quedas en muy buenas manos y volveré a por ti dentro de un rato cuando el cole termine. Nunca irse sin despedirse, ni engañarle para que no vea que os vais. Es muy frustrante para ellos y realmente sienten el abandono. No comprenden lo que pasa. Por ello es tan importante hablarles los días antes.
5. Cuando volvemos a recogerle: No llegar tarde. Se sentirá importante si estáis los primeros, se sentirá querido y orgulloso de que hayan ido a por él. Prestarle toda la atención, sin móviles, sin charlas con otros padres o con las maestras (ya habrá tiempo más adelante o en otros momentos) En esos instantes de reencuentro puede liberar todo el estrés que ha sentido durante el día, al separarse de la familia. Si está enfadado, comprender su enfado y hablarle tiernamente, de las cosas que le gustan, de aquello que vais a hacer a continuación juntos… Una buena pregunta para que cambie de estado emocional (del enfado a la calma) es : ¿Te sentirías mejor si paramos y te doy este gran abrazo que llevo guardando para ti todo el día?
6. Hacer la salida de una forma relajada, comentando lo bonito que es el centro, lo amplio que parece el patio… Si a la salida realzas los aspectos positivos del colegio, crearás expectativas del niño hacia un espacio que puede hacer él mismo como propio, que unirá con pensamientos positivos. ¿Aquí es donde jugáis? ¿Me señalas dónde hacéis la fila? ¿Aquí es dónde te diviertes con los amigos por la mañana?
7. Si en vuestro centro es posible hacer un horario reducido los primeros días, un pequeño periodo de adaptación: ¡estás de suerte! Es genial que los primeros días, el tiempo que pasen en el centro, separados de los padres, sea corto. E ir aumentándolo progresivamente conforme cada niño se vaya sintiendo más seguro, menos nervioso e inquieto. Para ello, se hace imperativo tener una ley de Conciliación que nos permitiera tener estos días de permiso y emplearlos a tal fin. Si tenéis la oportunidad de un horario flexible, aconsejo hacer este periodo de adaptación al nuevo centro.
8. Niños que el primer día no lloran, y no llegan a pasarlo mal, experimentan estos sentimientos algún día después, cuando cae en la cuenta de que esto va a ser todos los días. “Vale, por un día lo soporté, y estuvo bien…” “Pero ... todos los días ¡no lo voy a consentir!” Así me los imagino yo el tercer día cuando cambian de actitud radicalmente. Alguno me pide volver a la guarde, o a casa de la abuela. Todas las emociones están para sentirlas. Lo ideal es acompañar esta emoción, comprenderle y ayudarle a su adaptación.
9. Algunos muestran enfado con la familia, les dejan de hablar (o muestran una regresión en el lenguaje). Es su manera de mostrar sus emociones, las cuales no saben gestionar. Por eso es importante hablar con ellos previamente y saber que las regresiones son normales y pueden ocurrir. Les podemos decir, “¿Te acuerdas que ya lo hablamos? Ahora que eres mas mayor tienes que ir al cole de mayores con amigos de tu edad y en unos días verás que interesante cuando empecéis el proyecto….” Las maestras os anticiparán proyectos o unidades que se van a trabajar y si veis que es de su interés podéis ir abriéndoles boca para motivarles.
10. Hablad con la tutora, a través de la agenda o en las tutorías, si algo os inquieta y sobre todo si veis regresiones, si el niño tiene pesadillas o si creéis que va a haber algunos de estos problemas de adaptación. Cada maestra es la mejor indicada para aconsejaros sobre su grupo. Confiad en su criterio.
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