sábado, 23 de mayo de 2020

LA LECTOESCRITURA EN CASA


LA LECTOESCRITURA EN TIEMPO DE CONFINAMIENTO



En el punto de confinamiento en el que nos encontramos, ya podemos salir con nuestros peques a pasear a la calle respetando la famosa norma de los cuatro unos: 1 vez al día, 1 hora, 1 km de distancia y con  1 adulto. Poco a poco llegará el fin de la desescalada. Lo que sabemos por ahora es que los niños no volverán a las aulas este curso y no sabemos cierto en qué condiciones comenzarán el próximo.


Para aquellas familias que sus peques se encuentran en la etapa pre-lectora y están avanzando en su lectoescritura, este es vuestro “post”. Esta entrada os va a interesar y mucho.

Además comprendo perfectamente vuestra inquietud al ver que se ha acabado la infantil y vuestro hijo va a pasar a primaria. Y no sabe leer ni escribir todavía. Por un lado está la presión que se siente debido a que en 1º de primaria los libros de texto vienen ya con enunciados y con actividades en las que deben leer para escribir sus respuestas. Se considera que la etapa de educación infantil les aproximará a la lectura y escritura desde un punto de vista lúdico, cercano a sus intereses y siempre respetando su desarrollo y maduración. Pero desde el punto de vista práctico, empezamos en septiembre libros de texto donde nos piden que el alumno ya sepa leer y escribir.



Si bien es cierto, hay que estar tranquilos, ya que las programaciones contemplan un repaso al principio de curso de todo lo trabajado en la época pre-escritora. Pero, en ocasiones, deja poco lugar a la maduración personal. No os preocupéis, ya que os voy a indicar como ayudarles a prepararse, cualquiera que sea la etapa en la que se encuentre.


¿Vuestro peque empieza a leer los nombres en los paquetes de comida? ¿Quiere leer lo que escribís en el “What’s app”? ¿Lee la marca de su videoconsola o de la tele y lo grita con emoción? Pues sí, está comenzando a leer. Y si lo hace de esta manera, ¡enhorabuena! Sin saberlo, estás aplicando un método constructivista que parte del interés del niño. Lo estáis haciendo genial. Ah, ¿qué no era vuestra intención? ¿Qué no forma parte de vuestro plan ni son tareas? ¡Mucho mejor entonces! El peque está aprendiendo a leer,
como empezó a andar. De forma autónoma, después de muchos ensayos, después de fortalecer los músculos necesarios.

Ningún padre/madre/educador en su sano juicio, pondría a un bebé de uno o dos meses a caminar soltándole por completo su cuerpecito y sus manos. El bebé caería sufriendo daños serios en su cabeza. Antes necesita madurar. Su cerebro debe haber hecho las conexiones necesarias para saber reaccionar a sus propios movimientos conjugándolos con la fuerza de la gravedad y los elementos. Necesita músculos fortalecidos por millones de repeticiones voluntarias e involuntarias para tomar el tono preciso que sujete su cabeza, su tronco y su cuerpo entero. No es un proceso que pase de hoy para mañana. Se trata de un hito en el que cada individuo marca sus propios tiempos y su propia meta.
Leer y escribir es exactamente lo mismo. Es un proceso. No es un logro aislado que dependa del profesor, de la Ley educativa o de metodología empleada.

Muchas familias, cuando creemos que es la edad, “que ya toca”, nos ponemos a forzar a niños a leer y/o a escribir sin que tengan la madurez básica necesaria. Su cerebro no ha hecho las conexiones suficientes, no se ha entrenado lo necesario, sus manos no tienen ni la fisionomía, ni la fuerza, ni la musculatura propia para realizar trazos enlazados dotados de significado.  Antes de leer y escribir el peque debería de hacer un sinfín de repeticiones, de ejercicios, de juegos, de movimientos. Su cerebro tiene que realizar muchísimos procesos mentales para entender qué es aquello de hacer hablar a las letras (como bien definió Leo, de 4 años).

Yo siempre explico a las familias de mi clase, que cada niño tiene un muellecito que es como un resorte. Éste está ahí, pero solo cuando el niño está preparado, este muelle salta, este resorte se suelta y el niño arranca con la lectura. Igual que cada peque aprende a caminar a una edad diferente, simplemente cuando está preparado.

Una vez que hemos comprendido cómo aprenden a leer y a escribir, podemos ayudarles, sabiendo ver primero en qué punto del proceso se encuentran y cómo podemos ayudarles a seguir madurando.

Entonces, si nuestro peque ya se encuentra en esta fase inicial de la lectura y queremos ayudarle, ¿qué podemos hacer? Leer con él cada día, pero que sea de una forma lúdica y no impuesta. Elegid una colección de cuentos que le motive y a por ello. Cada día elegís un lugar, un rincón de lectura especial: podéis decorarlo, crearlo en su habitación. Alejaos de pantallas y distracciones, colocaos junto a él y a modo de juego que os diga o “adivine” qué cosas puede leer, descifrar… Debe ser como un reto para motivarle. Se le puede decir cómo es la palabra correcta sin corregirle (No se dice así, los mayores  esta palabra la pronunciamos así). Otra idea es pedirle que os ayude a leer la lista de la compra, lo que tengáis anotado en vuestra agenda, calendario… Os daréis cuenta que lo primero que reconoce al leer es su propio nombre, el nombre de algunos amigos, las palabras mamá, papá e incluso las marcas de sus juguetes, la letra M del “Mc Donalds”. Es decir, aquello que le rodea, le es más cercano y más acorde a sus gustos y a sus experiencias vividas.


Como siempre os voy a detallar los consejos tanto para esta etapa en la que ya han arrancado, como para etapas anteriores si queréis empezar a motivarles, o ayudarles en su propia maduración, siempre respetando sus ritmos.

¿Tu peque no lee en absoluto? 
Cuestiónate: ¿Tiene libros a su alcance? ¿Un lugar cómodo, bonito, agradable donde tumbarse o sentarse a ver cuentos? ¿Pasa menos de 3 horas a la semana frente a una pantalla? ¿Le leéis por la noche? ¿Leéis libros en casa? Si la respuesta a todas estas preguntas es SI,  y aún así, teniendo 6 años o más, no lee, es hora de ver si existe algún tipo de dislexia o problemas de visión o de otra índole. Consulta a su tutora, a una psicopedagoga o experta que pueda estudiar el caso. Si las respuesta a estas preguntas son NO, es hora de hacer pequeños cambios para motivar la maduración de nuestro peque.



TIPS ETAPA PRELECTORA PARA LOS PEQUES QUE SE ESTÁN INICIANDO A LEER (entre 4-6 años)
1.  Ofrecer experiencias: libros a su alcance, espacios cómodos para leer y rutinas de lectura diaria (no obligatoria)
2. Leerle a diario y cuando lo hagáis, pedirle que él lea alguna palabra (no, si, hoy, fin, había una vez…) Al principio lo dirá de memoria o repetirá vuestras palabras, pero llegará el día que lo lea solo.
3.  Hacer preguntas sobre lo que acaban de leer o escuchar cuando leáis con ellos para aseguraros de que comprende lo que lee. A veces es necesario parar explicar alguna palabra.
4. Utilizar las letras que han trabajado en la escuela: mayúsculas o cursiva tipo caligrafía, no la de imprenta, pues no reconocen y confunden por ejemplo las “a, b, p, d”.
5. Usar lecturas adecuadas a su etapa (preguntad en librerías si lo desconocéis) y muchos libros de vocabulario o de buscar y unir objetos con su nombre.
6.   Repetir la palabra correcta sin corregir (tanto en lenguaje escrito con oral)
7. Jugar con el lenguaje, a inventar absurdos, a no concordar género y número para que se ría y se divierta mientras aprende que el lenguaje debe ser correcto para tener sentido.
8.   Nunca forzar a un niño. Si no lee la palabra, es porque no está maduro.
9.   Explicar el sonido que hace cada letra de forma lúdica. Podéis inventar historias, tipo “Letrilandia: el país de las letras” o inspiraros en sus cuentos. Recomiendo hacerlo sobre todo con nombres de amigos o  hermanos. Será significativo y lo tomarán como ejemplo para otras palabras con las mismas reglas ortográficas.  Por ejemplo: la letra “q” siempre se acompaña de la “u” para formar que, qui y rara vez la encontrarán con otras letras si no son palabras extranjeras. Que la “b” y la “v” suenan igual pero hay que saber qué palabras llevan a una u otra, que la “c” y la “z” suenan igual con ce/ci, za/zo/zu… pero que ca/co/cu suena como la “k”. Parece complicado pero si lo asocian a nombres o palabras significativas y se lo explicáis a modo de cuento lo retendrán mejor.
10.  Entrenar la lectura de las palabras completas, es decir, evitando silabeos. Al principio leen sílaba a sílaba pero este proceso se puede entrenar. Aprenderán a leer la palabra en su totalidad dotándola de significado. Esto aumenta su velocidad lectora en el futuro y además ayuda a la lectura comprensiva.

Si todavía no os encontráis con la situación de que vuestro peque o vuestros alumnos aún no se han iniciado en la lectoescritura, pero queréis ayudarles aquí os dejo otros consejos, que desde muy pequeñitos, se pueden aplicar y ayudarán en el futuro en su proceso pre-lector.

7 TIPS INICIALES ANTES DE LA LECTOESCRITURA (Desde los 0 años)
Voy a diferenciar entre consejos para la LECTURA y consejos para la ESCRITURA

7 TIPS SOBRE LA LECTURA DESDE 0 AÑOS

1.  Hablar al bebé. Desde que el niño nace, si, si, desde recién nacido, podemos ayudarles, hablándoles claro, sin usar lenguaje infantil. Las canciones de cuna, nanas y las rimas aproximarán al niño a la riqueza léxica. Cuanto más les hablemos, más comprenderán cuando empiecen a leer.
2.  Leerle. Se le puede leer libros desde que el niño fija la mirada y atiende. Un buen hábito es leerle cada día. La mejor hora yo considero la de ir a dormir. Pero cualquier momento tranquilo es bueno para leerle al niño.
3. Respetar los libros. Muchos bebés adoran arrancar páginas y hacerlas añicos. Ofrezcámosle pues revistas obsoletas o publicidad. Y hagámosles diferenciar entre este género y los libros, a los cuales debe cuidar, mimar para poder ver y leer una y otra vez.
4. Elegir los libros adecuados a cada edad. Esto es esencial. Desde bebés pueden leer imágenes en pequeños cuentos, de cantos redondeados, con páginas de plástico que se pueden mojar… Hay libros sensoriales de tela también. Cuando sus manos maduren y los dedos índice y pulgar hagan la pinza pueden utilizar libros con pestañas. Más adelante libros con poca letra y dibujos muy grandes, ilustrados de forma atractiva, para animarles a leer palabras.
5.  Practicar muchas actividades con su nombre. Escribidlo en su habitación, en sus cosas para el cole, en sus juguetes, en sus sandwicheras. Será la primera palabra que identificará. Y le dará autonomía para buscar e identificar sus cosas. ¡Además les encanta!
6. Juegos orales básicos como el veo, veo. Aquel otro que con palmadas decíamos: Caricaturas… nombres de… animales… El “pictionary”, etc.
7. Empezar por las vocales en mayúscula. Aprender canciones de vocales y reconocerlas en las palabras, siempre empezando por su nombre.


7 TIPS SOBRE LA PREESCRITURA DESDE 0 AÑOS

1.  Adquirir una buena coordinación ojo-mano. Hay millones, que digo, trillones, de actividades que se pueden hacer desde muy pequeños. Siempre con supervisión del adulto para evitar ingestiones accidentales: manipular todo tipo de objetos, pasar objetos de un recipiente a otro, dibujar con el dedo sobre bandejas de arena, azúcar, sal…, utilizar pequeñas pinzas de cocina para coger pompones, bolitas de papel, sacar objetos de uno en uno de un saquito cerrado, colocar objetos de uno en uno en hueveras, en vasitos, alfombras sensoriales, libros sensoriales con botones, cremalleras, cordones, velcro…
2.  Fortalecer los músculos de la mano: modelar, jugar con arena, construir, poner y quitar pinzas de la ropa, picar, clavar pinchitos en bandejas de poliespán….
3.  Repasar con los dedos letras de diferentes texturas, colores… y hacer collages sobre las letras de su nombre con muchas técnicas distintas.
4.  Colorear con ceras duras cansa y mucho, pero es la base para fortalecer la mano y además controlar el trazo para no salirse de los dibujos. Ya sabéis: sin blanquitos y sin salirse.
5.  Pintar con pinceles en papeles sobre superficies en vertical (caballetes, paredes…) ayuda a fortalecer la muñeca de una forma distinta a colorear sobre superficies horizontales como la mesa. Ofrezcamos diversas técnicas.
6.  Antes de leer y escribir, debemos conocer la direccionalidad de nuestra escritura. Para ello hay que jugar a posicionar objetos delante, detrás, a un lado, al otro, entre…
7.   Como los 5 años es temprano para  conocer derecha e izquierda se hace necesario las primeras veces marcar el inicio de un folio y el final para que sepan dónde empezar a escribir y donde terminar.


Todas estas ideas son una aproximación a las muchísimas actividades que se pueden hacer para ayudar a los niños a aproximarse a la lectoescritura. Como veis, antes de leer y escribir el niño necesita una base amplísima donde construir los cimientos de este aprendizaje. Habéis leído, en esencia, los secretos de un aula de educación infantil, de 0 a 6 años. Podéis intuir lo importante que es la labor de educadoras y maestras* en la vida de cualquier persona, en su formación más básica, sin ahondar en la educación emocional que va ligada a sus aprendizajes esenciales. Y cómo en ocasiones se desprestigia pensando que “sólo juegan con plastilina”. Ahora, desde esta visión, os animo a ayudar a los peques, que debido al confinamiento se ven privados del privilegio de estar junto a su seño en este periodo final del aprendizaje de la lectoescritura y acompañarlo desde casa con el mismo respeto y cariño que lo hacemos desde las aulas.

*permitidme el femenino. Los hombres de esta profesión, minoría en este caso, están acostumbrados a que lo expresemos así ;)



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