LA LECTOESCRITURA EN TIEMPO DE CONFINAMIENTO
En el punto de confinamiento en el que nos encontramos, ya podemos salir con nuestros peques a pasear a la calle respetando la famosa norma de los cuatro unos: 1 vez al día, 1 hora, 1 km de distancia y con 1 adulto. Poco a poco llegará el fin de la desescalada. Lo que sabemos por ahora es que los niños no volverán a las aulas este curso y no sabemos cierto en qué condiciones comenzarán el próximo.
Para aquellas familias que sus peques se encuentran en la etapa pre-lectora y están avanzando en su lectoescritura, este es vuestro “post”. Esta entrada os va a interesar y mucho.
Además comprendo perfectamente
vuestra inquietud al ver que se ha acabado la infantil y vuestro hijo va a
pasar a primaria. Y no sabe leer ni escribir todavía. Por un lado está la
presión que se siente debido a que en 1º de primaria los libros de texto vienen
ya con enunciados y con actividades en las que deben leer para escribir sus
respuestas. Se considera que la etapa de educación infantil les aproximará a la
lectura y escritura desde un punto de vista lúdico, cercano a sus intereses y
siempre respetando su desarrollo y maduración. Pero desde el punto de vista
práctico, empezamos en septiembre libros de texto donde nos piden que el alumno
ya sepa leer y escribir.
Si bien es cierto, hay que estar tranquilos, ya que las programaciones contemplan un repaso al principio de curso de todo lo trabajado en la época pre-escritora. Pero, en ocasiones, deja poco lugar a la maduración personal. No os preocupéis, ya que os voy a indicar como ayudarles a prepararse, cualquiera que sea la etapa en la que se encuentre.
¿Vuestro peque empieza a leer los
nombres en los paquetes de comida? ¿Quiere leer lo que escribís en el “What’s
app”? ¿Lee la marca de su videoconsola o de la tele y lo grita con emoción?
Pues sí, está comenzando a leer. Y si lo hace de esta manera, ¡enhorabuena! Sin
saberlo, estás aplicando un método constructivista que parte del interés del
niño. Lo estáis haciendo genial. Ah, ¿qué no era vuestra intención? ¿Qué no forma
parte de vuestro plan ni son tareas? ¡Mucho mejor entonces! El peque está
aprendiendo a leer,
como empezó a andar. De forma autónoma, después de muchos ensayos, después de fortalecer los músculos necesarios.
como empezó a andar. De forma autónoma, después de muchos ensayos, después de fortalecer los músculos necesarios.
Ningún padre/madre/educador en su
sano juicio, pondría a un bebé de uno o dos meses a caminar soltándole por
completo su cuerpecito y sus manos. El bebé caería sufriendo daños serios en su
cabeza. Antes necesita madurar. Su cerebro debe haber hecho las conexiones
necesarias para saber reaccionar a sus propios movimientos conjugándolos con la
fuerza de la gravedad y los elementos. Necesita músculos fortalecidos por
millones de repeticiones voluntarias e involuntarias para tomar el tono preciso
que sujete su cabeza, su tronco y su cuerpo entero. No es un proceso que pase
de hoy para mañana. Se trata de un hito en el que cada individuo marca sus
propios tiempos y su propia meta.
Leer y escribir es exactamente lo
mismo. Es un proceso. No es un logro aislado que dependa del profesor,
de la Ley educativa o de metodología empleada.
Muchas familias, cuando creemos
que es la edad, “que ya toca”, nos ponemos a forzar a niños a leer y/o a
escribir sin que tengan la madurez básica necesaria. Su cerebro no ha hecho las
conexiones suficientes, no se ha entrenado lo necesario, sus manos no tienen ni
la fisionomía, ni la fuerza, ni la musculatura propia para realizar trazos
enlazados dotados de significado. Antes
de leer y escribir el peque debería de hacer un sinfín de repeticiones, de
ejercicios, de juegos, de movimientos. Su cerebro tiene que realizar muchísimos
procesos mentales para entender qué es aquello de “hacer hablar a las letras” (como bien definió Leo, de 4 años).
Yo siempre explico a las familias
de mi clase, que cada niño tiene un muellecito que es como un resorte. Éste
está ahí, pero solo cuando el niño está preparado, este muelle salta, este
resorte se suelta y el niño arranca con la lectura. Igual que cada peque
aprende a caminar a una edad diferente, simplemente cuando está preparado.
Una vez que hemos comprendido
cómo aprenden a leer y a escribir, podemos ayudarles, sabiendo ver primero en
qué punto del proceso se encuentran y cómo podemos ayudarles a seguir
madurando.
Entonces, si nuestro peque ya se
encuentra en esta fase inicial de la lectura y queremos ayudarle, ¿qué podemos
hacer? Leer con él cada día, pero que sea de una forma lúdica y no impuesta.
Elegid una colección de cuentos que le motive y a por ello. Cada día elegís un
lugar, un rincón de lectura especial: podéis decorarlo, crearlo en su
habitación. Alejaos de pantallas y distracciones, colocaos junto a él y a modo
de juego que os diga o “adivine” qué cosas puede leer, descifrar… Debe ser como
un reto para motivarle. Se le puede decir cómo es la palabra correcta sin
corregirle (No se dice así, los mayores
esta palabra la pronunciamos así). Otra idea es pedirle que os ayude a
leer la lista de la compra, lo que tengáis anotado en vuestra agenda,
calendario… Os daréis cuenta que lo primero que reconoce al leer es su propio
nombre, el nombre de algunos amigos, las palabras mamá, papá e incluso las
marcas de sus juguetes, la letra M del “Mc Donalds”. Es decir, aquello que le
rodea, le es más cercano y más acorde a sus gustos y a sus experiencias
vividas.
Como siempre os voy a detallar
los consejos tanto para esta etapa en la que ya han arrancado, como para etapas
anteriores si queréis empezar a motivarles, o ayudarles en su propia
maduración, siempre respetando sus ritmos.
Cuestiónate: ¿Tiene libros a su alcance? ¿Un lugar cómodo, bonito, agradable
donde tumbarse o sentarse a ver cuentos? ¿Pasa menos de 3 horas a la semana
frente a una pantalla? ¿Le leéis por la noche? ¿Leéis libros en casa? Si la
respuesta a todas estas preguntas es SI,
y aún así, teniendo 6 años o más, no lee, es hora de ver si existe algún
tipo de dislexia o problemas de visión o de otra índole. Consulta a su tutora,
a una psicopedagoga o experta que pueda estudiar el caso. Si las respuesta a
estas preguntas son NO, es hora de hacer pequeños cambios para motivar la
maduración de nuestro peque.
TIPS ETAPA PRELECTORA PARA LOS PEQUES QUE SE ESTÁN INICIANDO A LEER (entre 4-6 años)
TIPS ETAPA PRELECTORA PARA LOS PEQUES QUE SE ESTÁN INICIANDO A LEER (entre 4-6 años)
1. Ofrecer
experiencias: libros a su alcance, espacios cómodos para leer y rutinas de
lectura diaria (no obligatoria)
2. Leerle
a diario y cuando lo hagáis, pedirle que él lea alguna palabra (no, si, hoy,
fin, había una vez…) Al principio lo dirá de memoria o repetirá vuestras
palabras, pero llegará el día que lo lea solo.
3. Hacer
preguntas sobre lo que acaban de leer o escuchar cuando leáis con ellos para
aseguraros de que comprende lo que lee. A veces es necesario parar explicar
alguna palabra.
4. Utilizar
las letras que han trabajado en la escuela: mayúsculas o cursiva tipo
caligrafía, no la de imprenta, pues no reconocen y confunden por ejemplo las
“a, b, p, d”.
5. Usar
lecturas adecuadas a su etapa (preguntad en librerías si lo desconocéis) y
muchos libros de vocabulario o de buscar y unir objetos con su nombre.
6. Repetir la palabra correcta sin corregir (tanto en lenguaje escrito con oral)
7. Jugar
con el lenguaje, a inventar absurdos, a no concordar género y número para que
se ría y se divierta mientras aprende que el lenguaje debe ser correcto para
tener sentido.
8. Nunca
forzar a un niño. Si no lee la palabra, es porque no está maduro.
9. Explicar
el sonido que hace cada letra de forma lúdica. Podéis inventar historias, tipo
“Letrilandia: el país de las letras” o inspiraros en sus cuentos. Recomiendo
hacerlo sobre todo con nombres de amigos o
hermanos. Será significativo y lo tomarán como ejemplo para otras
palabras con las mismas reglas ortográficas.
Por ejemplo: la letra “q” siempre se acompaña de la “u” para formar que, qui y rara vez la encontrarán con
otras letras si no son palabras extranjeras. Que la “b” y la “v” suenan igual
pero hay que saber qué palabras llevan a una u otra, que la “c” y la “z” suenan
igual con ce/ci, za/zo/zu… pero que ca/co/cu
suena como la “k”. Parece complicado pero si lo asocian a nombres o palabras
significativas y se lo explicáis a modo de cuento lo retendrán mejor.
10. Entrenar
la lectura de las palabras completas, es decir, evitando silabeos. Al principio
leen sílaba a sílaba pero este proceso se puede entrenar. Aprenderán a leer la
palabra en su totalidad dotándola de significado. Esto aumenta su velocidad
lectora en el futuro y además ayuda a la lectura comprensiva.
Si todavía no os encontráis con
la situación de que vuestro peque o vuestros alumnos aún no se han iniciado en
la lectoescritura, pero queréis ayudarles aquí os dejo otros consejos, que
desde muy pequeñitos, se pueden aplicar y ayudarán en el futuro en su proceso
pre-lector.
7 TIPS INICIALES ANTES
DE LA LECTOESCRITURA (Desde los 0 años)
Voy a diferenciar
entre consejos para la LECTURA y consejos para la ESCRITURA
7 TIPS SOBRE
LA LECTURA DESDE 0 AÑOS
1. Hablar
al bebé. Desde que el niño nace, si, si, desde recién nacido, podemos
ayudarles, hablándoles claro, sin usar lenguaje infantil. Las canciones de
cuna, nanas y las rimas aproximarán al niño a la riqueza léxica. Cuanto más les
hablemos, más comprenderán cuando empiecen a leer.
2. Leerle. Se le puede leer libros desde que el niño fija la mirada y atiende. Un
buen hábito es leerle cada día. La mejor hora yo considero la de ir a dormir.
Pero cualquier momento tranquilo es bueno para leerle al niño.
3. Respetar
los libros. Muchos bebés adoran arrancar páginas y hacerlas añicos.
Ofrezcámosle pues revistas obsoletas o publicidad. Y hagámosles diferenciar
entre este género y los libros, a los cuales debe cuidar, mimar para poder ver
y leer una y otra vez.
4. Elegir
los libros adecuados a cada edad. Esto es esencial. Desde bebés pueden leer
imágenes en pequeños cuentos, de cantos redondeados, con páginas de plástico
que se pueden mojar… Hay libros sensoriales de tela también. Cuando sus manos
maduren y los dedos índice y pulgar hagan la pinza pueden utilizar libros con
pestañas. Más adelante libros con poca letra y dibujos muy grandes, ilustrados
de forma atractiva, para animarles a leer palabras.
5. Practicar
muchas actividades con su nombre. Escribidlo en su habitación, en sus cosas
para el cole, en sus juguetes, en sus sandwicheras. Será la primera palabra que
identificará. Y le dará autonomía para buscar e identificar sus cosas. ¡Además
les encanta!
6. Juegos
orales básicos como el veo, veo. Aquel otro que con palmadas decíamos:
Caricaturas… nombres de… animales… El “pictionary”, etc.
7. Empezar por las vocales en mayúscula. Aprender canciones de vocales y reconocerlas
en las palabras, siempre empezando por su nombre.
7 TIPS SOBRE
LA PREESCRITURA DESDE 0 AÑOS
1. Adquirir
una buena coordinación ojo-mano. Hay millones, que digo, trillones, de
actividades que se pueden hacer desde muy pequeños. Siempre con supervisión del
adulto para evitar ingestiones accidentales: manipular todo tipo de objetos,
pasar objetos de un recipiente a otro, dibujar con el dedo sobre bandejas de
arena, azúcar, sal…, utilizar pequeñas pinzas de cocina para coger pompones,
bolitas de papel, sacar objetos de uno en uno de un saquito cerrado, colocar
objetos de uno en uno en hueveras, en vasitos, alfombras sensoriales, libros
sensoriales con botones, cremalleras, cordones, velcro…
2. Fortalecer
los músculos de la mano: modelar, jugar con arena, construir, poner y quitar
pinzas de la ropa, picar, clavar pinchitos en bandejas de poliespán….
3. Repasar
con los dedos letras de diferentes texturas, colores… y hacer collages sobre
las letras de su nombre con muchas técnicas distintas.
4. Colorear
con ceras duras cansa y mucho, pero es la base para fortalecer la mano y además
controlar el trazo para no salirse de los dibujos. Ya sabéis: sin blanquitos y
sin salirse.
5. Pintar
con pinceles en papeles sobre superficies en vertical (caballetes, paredes…)
ayuda a fortalecer la muñeca de una forma distinta a colorear sobre superficies
horizontales como la mesa. Ofrezcamos diversas técnicas.
6. Antes
de leer y escribir, debemos conocer la direccionalidad de nuestra escritura.
Para ello hay que jugar a posicionar objetos delante, detrás, a un lado, al
otro, entre…
7. Como
los 5 años es temprano para conocer
derecha e izquierda se hace necesario las primeras veces marcar el inicio de un
folio y el final para que sepan dónde empezar a escribir y donde terminar.
Todas estas
ideas son una aproximación a las muchísimas actividades que se pueden hacer
para ayudar a los niños a aproximarse a la lectoescritura. Como veis, antes de
leer y escribir el niño necesita una base amplísima donde construir los
cimientos de este aprendizaje. Habéis leído, en esencia, los secretos de un
aula de educación infantil, de 0 a 6 años. Podéis intuir lo importante que es
la labor de educadoras y maestras* en la vida de cualquier persona, en su
formación más básica, sin ahondar en la educación emocional que va ligada a sus
aprendizajes esenciales. Y cómo en ocasiones se desprestigia pensando que “sólo
juegan con plastilina”. Ahora, desde esta visión, os animo a ayudar a los
peques, que debido al confinamiento se ven privados del privilegio de estar
junto a su seño en este periodo final del aprendizaje de la lectoescritura y
acompañarlo desde casa con el mismo respeto y cariño que lo hacemos desde las
aulas.
*permitidme el
femenino. Los hombres de esta profesión, minoría en este caso, están
acostumbrados a que lo expresemos así ;)
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